Ramón Labañino llega este nueve de junio a su cumpleaños 47 en una cárcel estadounidense, por penetrar organizaciones contrarrevolucionarias radicadas en la Florida, con el propósito de prevenir acciones terroristas contra Cuba.
Este combatiente por la libertad y la justicia fue detenido en 1998 y sometido a un amañado juicio en la ciudad de Miami en 2001, donde también resultaron condenados a severas penas Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, René González y Fernando González.
Otro aniversario de su llegada al mundo transcurrirá para Labañino alejado de sus hijas y de su esposa Elizabeth Palmeiro, con quien lleva 20 años de matrimonio cumplidos el dos de junio último. Aunque en condiciones de un duro encierro, Ramón mantiene muy en alto sus convicciones revolucionarias.
En su alegato de defensa en el juicio efectuado a Los Cinco dijo: “Nosotros, que hemos dedicado nuestras vidas a luchar contra el terrorismo, a evitar que actos tan atroces ocurran; que hemos tratado de salvar la vida de seres humanos inocentes no solo en Cuba sino en los propios Estados Unidos; hoy estamos aquí en esta sala para que se nos condene precisamente por evitar actos como estos.”
Desde el 12 de septiembre de 1998, fecha en que fueron detenidos, estos cinco cubanos han podido comprobar los horrores del sistema carcelario estadounidense.
En carta a su esposa, Elizabeth Palmeiro, Labañino describió el encierro de 17 meses de total incomunicación que sufrieron los heroicos combatientes: “Teníamos hasta el temor de perder la facilidad de comunicación, añorábamos incluso oír alguna palabra, en cualquier idioma, de otra persona.”
Labañino, graduado con Diploma de oro en la carrera de Licenciatura en Economía, en la Universidad de La Habana, en su alegato durante la vista de sentencia, en diciembre de 2001 cuando fue condenado a una cadena perpetua más 18 años, afirmó que en ningún momento Los Cinco habían buscado información que pusiera en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos.
“Es una total manipulación, que nunca aceptaremos, y una razón por la cual decidimos ir a este juicio, además de exponer claramente esta verdad de todos los actos criminales que desde territorio norteamericano se llevan a cabo contra Cuba y los propios Estados Unidos”, dijo el Héroe de la República de Cuba.
A sus adoradas hijas envía amorosas cartas, que evidencian su calidad de padre ejemplar. En una de ellas les dice: “Sepan que hube de marchar por el amor a ustedes y a todos. Que donde quiera que he estado y estaré, ustedes siempre están y estarán presentes.”
Su pensamiento volará en esta ocasión, como ocurre a diario, una vez más, hacia sus retoños para transmitirles la confianza en la victoria y un seguro retorno. Después de una resentencia en 2009 que cambió la pena inicial de cadena perpetua más 18 años, Ramón cumple una injusta condena de 30 años.
En otra cariñosa misiva les manifestó: “Y cuando vuelvan recuperaremos todas mis ausencias y reconstruiremos todos los sueños y anhelos que hicimos esperar.”
Labañino, acusado injustamente por tratar de salvar la vida de seres humanos no solo en Cuba sino también en Estados Unidos, es víctima de la política criminal de Washington contra la Isla. Su firmeza y heroísmo están implícitos en su alegato el cual concluyó proclamando: “Llevaré el uniforme de recluso con el mismo honor y orgullo con que un soldado lleva sus más preciadas insignias.”
Manténgase en contacto
Síganos en las redes sociales
Subscribe to weekly newsletter