Gracias al apoyo logístico de Francia, las nuevas autoridades de la «zona liberada» de Alepo están instaurando una dictadura religiosa basada en el modelo saudita. La realidad nada tiene que ver con los bellos discursos de los presidentes franceses Nicolas Sarkozy y Francois Hollande sobre la defensa de la libertad y la promoción de la democracia.
El gobierno francés dice estar en contacto permanente con los representantes de las «zonas liberadas» en Siria y les presta ayuda logística. Y afirma que el objetivo de la ayuda francesa es evitar que la revolución caiga en manos de los islamistas.
Sin embargo, la Coalición Nacional, saludada en Occidente como representante tanto de la oposición externa como de la oposición interna, fue rápidamente rechazada por el Comité Revolucionario de Alepo, que ha instaurado un gobierno islámico en su «zona liberada» [1].
El gobierno francés no ha aclarado hasta ahora su posición al respecto. París no ha anunciado que haya suspendido su ayuda logística (que anunció como humanitaria y militar «no letal») a la «zona liberada» de Alepo, zona que se encuentra sin embargo en manos de los islamistas, quienes a su vez han denunciado la democracia como «un complot de Occidente». Hay que recordar, por cierto, que Francia ya apoyó anteriormente el emirato islámico proclamado en Baba Amro y que el presidente francés Francois Hollande incluso recibió en París y con todos los honores, el de 6 de julio de 2012, a varios de sus dirigentes que habían logrado escapar.
Es difícil saber con precisión lo que sucede en Alepo, ciudad donde los grupos armados controlan tres barrios. Contrariamente a lo sucedido en Baba Amro (en Homs), donde la población huyó cuando se proclamó un emirato islámico, parte de los habitantes parecen haber permanecido en las zonas de Alepo controladas por los grupos armados y al parecer apoyan a las nuevas autoridades. Los herejes (sunnitas sufíes y chiitas, incluyendo a drusos, alauitas e ismaelitas) así como los infieles (los cristianos) han sido expulsados de esas zonas y sus bienes han sido confiscados.
Las tropas gubernamentales no han lanzado un asalto final por temor a provocar un baño de sangre y más destrucción. Poco a poco se va organizando una nueva vida.
En todo caso, las autoridades «revolucionarias» de esas «zonas liberadas» acaban de crear un Comité Para Ordenar el Bien y Prohibir los Actos Impíos (sic). Su primer acto legislativo fue dado a conocer el 22 de noviembre y aquí les ofrecemos su traducción íntegra:
«En nombre de Dios, el Clemente y Misericordioso,
Los desórdenes que estremecen nuestra Nación Islámica no deben sorprender a nadie. Ella está enfrentando los dilemas y pruebas que la rodean. Cada noche es más oscura que la anterior. Los tiempos son críticos. El momento es difícil.
Vemos que algunos de nuestros hermanos marchan ciegamente en las tinieblas. Se diría que corren hacia su propia desgracia, cayendo de rodillas ante Occidente sin reflexionar, corriendo hacia el vacío, pensando que el modo de vida de los infieles es la cúspide de la cultura, que sus costumbres son la base del desarrollo y que sus ideas son la fuente de la luz, sin el menor estudio ni búsqueda.
La Charia y los hechos muestran que ese punto de vista es ilegítimo e impuro. Varias Fatwas han sido divulgadas en ese sentido por los grandes jeques de nuestra nación: sus Santidades Abd al-Aziz ibn Abd Allah ibn Baaz [2], Abdul-Azeez ibn Abdullaah Aal ash-Shaikh [3], Muhammad ibn al Uthaymeen [4], Abdullah Ibn Jibreen [5], Saleh al Fawzan [6], Bakr abu Zayd [7], Abdullah bin Ghailan y muchos más.
Por ejemplo, ¿cuántas mujeres virtuosas han sido deshonradas? ¿Y cuántas muchachas liberadas [por el Islam] han sido ofendidas en su dignidad en accidentes de tránsito? Porque este comercia con su honor, aquel se aprovecha de su debilidad, el tercero juega con sus emociones… sabiendo sobre todo que la pobre muchacha está en una situación comprometida y que no quiere que su marido o su tutor lo sepa.
Es por ello que el Consejo Militar y el Consejo Civil Provisional de Alepo han dado estas explicaciones a los habitantes de Alepo y han decidido que está prohibido a las mujeres conducir. Toda persona que contravenga será castigada hasta renuncie (sic), de ser necesario mediante el uso de la fuerza. El Comité Para Ordenar el Bien y Prohibir los Actos Impíos está a cargo de la aplicación de la presente.»
El lector habrá podido notar que la decisión se fundamenta única y exclusivamente con referencias a la interpretación del Corán que rige en Arabia Saudita.
Sin embargo, el 24 de diciembre, día que Francia dedica a la Jornada de Lucha contra la Violencia contra la Mujer, la ministra francesa de los Derechos de la Mujer, Najat Vallaud-Belkacem, no emitió comentario alguno sobre este gran logro «revolucionario».
El Comité para Ordenar el Bien y Prohibir los Actos Impíos ha creado además una policía cuya misión es ocuparse de que los habitantes de Alepo hagan sus plegarias y castigar a quienes no las hagan.
En el video que ilustra este trabajo los lectores podrán ver a un miembro de esa policía en plena tarea de recordar a los habitantes sus deberes de buenos musulmanes.
[1] «Los grupos armados de Alepo se pronuncian por un Estado islámico», Red Voltaire, 20 de noviembre de 2012.
[2] Abd al-Aziz ibn Abd Allah ibn Baaz (1910-1999) fue Gran Muftí de Arabia Saudita. Fue el autor de la fatwa que autorizó el despliegue de tropas de infieles en la Península Arábiga en tiempos de la Operación Desert Storm. También se le conoce por haber proclamado que el Sol gira alrededor de la Tierra, aunque cambió de opinión cuando el príncipe Sultán ben Salman se compró un pasaje para participar en un vuelo del transbordador espacial Discovery. Confieso que no logro resistir la tentación de recordar en estas líneas que el príncipe Sultán se quejó de que durante el vuelo espacial era imposible mantenerse mirando hacia La Meca.
[3] Abdul-Azeez ibn Abdullaah Aal ash-Shaikh es el actual Gran Muftí de Arabia Saudita. Fue él quien ordenó la destrucción de la sepultura del profeta Mahoma y de todas las iglesias antiguas de Arabia por tratarse de monumentos dedicados a «cultos idólatras».
[4] Muhammad ibn al Uthaymeen (1925-2001) fue uno de los principales jefes salafistas de Arabia Saudita.
[5] Abdullah Ibn Jibreen (1933-2009), jefe saudita, consideraba a los chiitas como herejes y llamaba a expulsarlos de los territorios y países considerados islámicos.
[6] Saleh al Fawzan es el ex presidente de la Corte Suprema de Justicia de Arabia Saudita.
[7] Bakr abu Zayd es el ex Fiscal General de Arabia Saudita. Falleció en 2008.
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