Al lado de la corrupción y la inseguridad ciudadana la evasión tributaria es otro gran crimen.
Los tributos que no pagan las empresas y las personas naturales configuran la evasión tributaria. Esto perjudica a nuestro país, porque se deja de percibir grandes cantidades de dinero, el mismo que puede ser utilizado para mejorar, entre otros, la educación pública, implementar y ampliar la red hospitalaria, la infraestructura terrestre, marítima, aeroportuaria y hospitalaria.
La evasión tributaria se da en todos los tributos: Impuesto a la renta (Renta de 1era, 2da, 3era, 4ta y 5ta categoría), IGV, SENATI, ONP, ESSALUD, etc.
La erradicación de la evasión tributaria en nuestro país (50 % del total que se recauda por tributos) que es una de las más altas de Indoamérica (América Latina), es responsabilidad de la SUNAT, tal como se establece en el Código Tributario (numeral 14 del artículo 62º):
“Artículo 62º.- Facultad de Fiscalización
14. Dictar las medidas para erradicar la evasión tributaria.”
Esta obligación de la SUNAT, no se viene cumpliendo y más bien la evasión tributaria aumentó.
Siempre he manifestado que una manera de medir la eficacia en la gestión de la SUNAT es bajando la evasión tributaria.
SUNAT ha dispuesto algunas medidas para erradicar la evasión tributaria: Retención del IGV, Percepción del IGV, Sistema de Detracciones, Registro de Ventas y Compras electrónicos y están implementando progresivamente los comprobantes de pago electrónicos (Facturas, Boletas de Ventas, notas de débito y crédito); pero estas son ínfimas, porque la evasión tributaria, en lugar de disminuir siguió creciendo.
Lo que le ha faltado a la SUNAT es fiscalizar todos los tributos que administra y recauda de personas jurídicas y personas naturales. Sobre todo, el impuesto a la renta e IGV de las grandes empresas.
Hay que tener presente que al concluir el 2do gobierno de Alan García, la SUNAT tenía aproximadamente 7000 trabajadores, los mismos que se incrementaron en la administración de Humala a 14000. Este exceso no redujo la evasión tributaria, porque ingresó personal sin experiencia en fiscalización tributaria (hasta cocineros están “fiscalizando”), los mismos que eran capacitados en períodos muy cortos.
Si queremos mejorar la SUNAT, sobre todo en la fiscalización tributaria para reducir a su mínima expresión la evasión, es urgente convocar personal proveniente de las Facultades de Contabilidad de las distintas universidades, porque los estudiantes de esa rama son los que más relacionados están con los tributos.
Al incumplimiento de erradicar la evasión por parte de la SUNAT, se agrega la caída de la recaudación y de presión tributarias (13%).
Teniendo en cuenta el deficiente accionar de la SUNAT, es necesario que se reorganice dicha institución.
El Superintendente actual de la SUNAT es el ingeniero Víctor Paul Shiguiyama Kobashigawa, vinculado al fujimorismo, pues fue regidor municipal del movimiento Cambio 90-Nueva Mayoría y asesor de Keiko Fujimori en la campaña presidencial 2011.
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