La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) fue creada en 1973, en el marco de los Acuerdos de Helsinki, y sus decisiones se toman únicamente por unanimidad.
Eso hace de la OSCE una entidad neutral que permite a todos los Estados del continente europeo comunicar entre sí para garantizar la preservación de la seguridad de todos.
Sin embargo, durante la operación militar especial rusa en Ucrania nuevos funcionarios de la OSCE aparecieron en el Donbass. Después de haber comprobado que esos nuevos funcionarios de la OSCE estaban realizando labores de espionaje, las autoridades de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk los expulsaron de los territorios bajo su control [1].
La Asamblea Parlamentaria de la OSCE realizará, del 2 al 6 de julio, su 29ª reunión anual en Birmingham, Reino Unido. Pero el gobierno británico acaba de negar las visas a la delegación rusa, bloqueando así su participación en ese encuentro.
Londres afirma que todos los miembros de la delegación rusa están bajo “sanciones” de la Unión Europea debido a su apoyo a la intervención rusa en Ucrania.
La decisión británica de impedir la participación de Rusia en la asamblea de la OSCE viola la declaración que la OSCE emitió en 2016, declaración que obliga a todos los Estados miembros a otorgar las «visas o autorizaciones necesarias para entrar al territorio de sus países, al menos durante la duración de las actividades».
Dicho claramente, Londres está obstaculizando el funcionamiento de la OSCE.
El Comité de Relaciones Exteriores del Consejo de la Federación Rusa ha anunciado que, ante tal situación, no reconocerá las decisiones que se adopten en esa asamblea de la OSCE si esta se realiza sin la presencia de una delegación rusa.
[1] «L’OSCE expulsée de Lougansk pour espionnage», Réseau Voltaire, 14 de abril de 2022.
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