Dando seguimiento a mis cartas de los días 3 de enero de 2020 (S/2020/13), 7 de enero de 2020 (S/2020/16) y 8 de enero de 2020 (S/2020/19) sobre el asesinato del general de división Qassen Suleimani, escribo a usted sobre la carta del 8 de enero de 2020 (S/2020/20), en la cual la Representante Permanente de los Estados Unidos de América ante la Organización de las Naciones Unidas trató desesperadamente de justificar el acto ilegal que cometieron las fuerzas armadas estadounidenses al asesinar al general Suleimani, convirtiéndolo en mártir, carta que contiene un entramado de informaciones falsas o fabricadas y de acusaciones infundadas así como una interpretación completamente arbitraria del derecho internacional, en particular del Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas. Sobre este asunto, es mi deseo llamar la amable atención de usted sobre lo siguiente:
En diferentes partes de la carta, las expresiones «milicias respaldadas por Irán» o «milicias respaldadas por la Fuerza al-Quds» son utilizadas para imputar a Irán cualquier acción realizada contra las fuerzas estadounidenses en Irak. La República Islámica de Irán rechaza categóricamente la imputación a Irán de todo ataque realizado contra Estados Unidos por cualquier entidad o individuo en Irak y en la región. Tal imputación es no sólo infundada desde el punto de vista de los hechos sino que además se profiere sin el mínimo rigor profesional ya que no responde a los criterios mínimos de autenticidad y de fiabilidad, lo cual la hace totalmente carente de valor legal en el plano jurídico.
Estados Unidos habla de una «serie de ataques armados» supuestamente perpetrados en los últimos meses por Irán «contra las fuerzas y los intereses de Estados Unidos». En ese sentido, es mi deber subrayar que durante los años 2019 y 2020 las aguas territoriales y el espacio aéreo iraníes han sido blanco de ataques armados cometidos por Estados Unidos, en flagrante violación del derecho internacional. A pesar de ello, en muchos casos, incluyendo el 20 de junio de 2019, cuando un avión estadounidense en el que viajaban 35 pasajeros violó indiscutiblemente el espacio aéreo iraní, las fuerzas armadas dieron muestras de la mayor contención y se abstuvieron de actuar en legítima defensa. Los detalles sobre ese caso e informaciones sobre cierto número de otros actos ilícitos de Estados Unidos contra Irán figuran en mi carta del 9 de agosto de 2019 (S/2019/652).
Por otra parte, en 2 casos registrados en 2019 y 2020, más exactamente el 20 de junio de 2019, cuando un drone estadounidense violó el espacio aéreo iraní a pesar de repetidas advertencias por radio, y el 8 de enero de 2020, a raíz del ataque terrorista que Estados Unidos perpetró contra Suleimani, muerto como mártir, las fuerzas armadas de la República Islámica de Irán realizaron una operación militar mesurada y proporcionada como acto de legítima defensa, respetando el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas. Los detalles sobre esas operaciones fueron presentados en las cartas de Irán fechadas el 20 de junio de 2019 (S/2019/512), el 9 de agosto de 2019 (S/2019/652) y el 8 de enero de 2020 (S/2020/19).
Recordando que los 2 casos antes mencionados eran casos de legítima defensa, mi gobierno rechaza categóricamente la alegación según la cual las fuerzas armadas iraníes habrían realizado ataques armados contra Estados Unidos en 2019 y 2020.
También deseo subrayar que la alegación sobre el incidente del 18 de julio de 2019, durante el cual Estados Unidos disparó contra un drone iraní, fue rechazada por Irán en su carta del 9 de agosto de 2019 (S/2019/652). Además, las alegaciones sobre «los ataques perpetrados por Irán contra navíos civiles frente al puerto de Fuyaira y en el golfo de Omán» y los «ataques de misiles y drones en el territorio de Arabia Saudita» son totalmente inventadas por Estados Unidos e Irán las rechazó categóricamente en sus cartas del 19 de agosto de 2019 (S/2019/667) y del 2 de octubre de 2019 (S/2019/785).
A la luz de lo anterior y en ausencia de toda prueba creíble o de todo hecho fiable que pudiese sostener la alegación de cuando menos un solo ataque armado por parte de Irán, resulta evidente que la «serie de ataques armados de creciente gravedad» que Estados Unidos atribuye a Irán es otra invención.
Además, el argumento de Estados Unidos según el cual recurrió a la fuerza para disuadir a Irán de lanzar otros ataques carece de toda base factual o jurídica ya que se asienta en hechos inventados y en una interpretación arbitraria del Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas. Por consiguiente, lo rechazamos de forma categórica.
Por ende, el ataque realizado con el objetivo de asesinar a Suleimani, muerto como mártir, es de hecho un «acto terrorista», perpetrado sin ninguna legitimidad o legalidad. Como ya subrayé en mi carta del 3 de enero de 2020 (S/2020/13), el hecho que un Estado designe una rama oficial de las fuerzas armadas de uno o de varios Estados como «organización terrorista extranjera» es ilícito y no puede, bajo ninguna circunstancia, justificar la amenaza o el uso de la fuerza contra el Estado interesado.
Con este ataque terrorista contra Suleimani, muerto como mártir, Estados Unidos hizo un gran regalo a Daesh y a los demás grupos terroristas de la región, que saludaron su asesinato calificándolo de «intervención divina providencial en su provecho». Sin embargo, profiriendo palabras amenazadoras de escandalosa crueldad, un alto responsable del Departamento de Estado de Estados Unidos declaró que el sucesor del mártir Suleimani iba a «sufrir el mismo destino». Se trata de una amenaza explícita y pública de cometer un acto terrorista, [amenaza] proferida por un Estado en violación de todos los principios del derecho internacional y contraria a todo norma de civilidad y a toda conducta responsable. Advirtiendo contra toda nueva forma de aventurerismo militar y contra todo acto de terrorismo contra Irán y sus ciudadanos, incluyendo a las fuerzas armadas iraníes, Irán subraya que no vacilará en ejercer su derecho natural de legítima defensa.
Estados Unidos ha fingido aconsejar el diálogo y las vías pacíficas para arreglar sus diferendos con Irán. Pero no hay nada más lejos de la verdad. Hay que recordar que en 3 días consecutivos, después del asesinato de Suleimani, muerto como mártir, el Presidente de Estados Unidos amenazó en 5 ocasiones con recurrir a la fuerza contra Irán [los detalles de esas declaraciones figuran en mi carta del 7 de enero de 2020 (S/2020/16)]. Se ve por tanto, sin sombra de duda, que esa maniobra sólo es una manifestación de doblez, desprovista de toda sinceridad. Además, la imposición por parte de Estados Unidos de sanciones ilegales e inhumanas, así como sus demás prácticas hostiles hacia Irán, desmienten su disimulo.
Le agradecería que tenga a bien distribuir el texto de la presente carta como documento del Consejo de Seguridad.
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