Vetusta polémica. Acciones que no cuajan. Negativas a la cooperación: así puede retratarse el panorama actual en la política del gobierno de Estados Unidos hacia Cuba en materia de la lucha contra el tráfico de estupefacientes.
La Isla se halla en el centro de la ruta de la droga entre la América del Sur y los Estados Unidos, el mayor consumidor. Aeronaves procedentes del continente, aseguran autoridades cubanas, lanzan los bultos al mar, cerca de las costas, para ser recogidos por lanchas rápidas procedentes de la norteña nación.
Este asunto no es nuevo. Bernard Leroy, asesor jurídico superior de la Oficina de la Organización de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, lo recordó recientemente en La Habana al referirse a la existencia de graves problemas con la ruta de la cocaína en Colombia, Haití y otras naciones de la zona, donde persisten dificultades que impiden erradicar el narcotráfico.
Leroy asistió al Seminario regional de Asistencia Judicial Recíproca de América Latina y el Caribe sobre los Tratados para la Fiscalización Internacional de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas.
Estuvieron presentes, además, expertos de Brasil, Colombia, Cuba, República Dominicana, Haití, Jamaica, Panamá, Trinidad y Tobago, y Venezuela.
El funcionario de ONU elogió la política de la Mayor Antilla contra el narcotráfico y consumo de drogas, así como la efectiva política de su gobierno contra ese flagelo universal.
Aludió a que todas las naciones habían suscrito en 1988 la Convención de Naciones Unidas contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas; y exhortó a cooperar en su erradicación, a contrapelo de EE.UU., país que no mantiene la colaboración con Cuba en ese trascendente terreno.
La titular de Justicia en la Isla, María Esther Reus, reiteró la voluntad del gobierno de colaborar en todo lo concerniente al tráfico de drogas, así como la necesidad de concertar las leyes de cada nación en aras del batallar más efectivo contra esa ilegal actividad.
Tal política “nos hará más fuertes para la aplicación eficaz y eficiente de la ley”, dijo la titular cubana.
El pasado 2008 autoridades en la ínsula incautaron 801,19 kilogramos de marihuana y cocaína (mil 200 menos que el año precedente), debido a la cruzada que sostienen contra el tráfico de estupefacientes.
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