Existen muchas formas de violar el Tratado de No Proliferación Nuclear. Estados Unidos ha escogido una muy discreta. Modernizar sus bombas y, a través de la OTAN, ponerlas en manos de sus aliados.
Las luces de los medios de difusión se hallan ahora enfocadas en Ginebra, donde se desarrollan conversaciones para desnuclearizar Irán, país que no tiene armas nucleares y que además es firmante del Tratado de No Proliferación. Mientras tanto, Israel se mantiene en la sombra, a pesar de que este país sí posee cientos de armas nucleares que apuntan hacia Irán y a otros países y de que Tel-Aviv no acepta firmar el Tratado de No Proliferación.
Y todavía más en la sombra se mantiene el hecho que Estados Unidos, país especialmente implicado en los esfuerzos de Ginebra por desnuclearizar Irán, esta nuclearizando Europa al aumentar el potencial de las armas atómicas que mantiene en Alemania, Italia, Bélgica, Holanda y Turquía. Se trata de unas 200 bombas atómicas B-61, que se agregan a las más de 500 cabezas nucleares francesas y británicas permanentemente listas para su lanzamiento. Según un estimado conservador hay en Italia entre 70 y 90 armas atómicas almacenadas en Aviano (Friuli) y en Ghedi Torre. Pero es posible que haya más, incluso en otras instalaciones. Tampoco se sabe la cantidad de armas atómicas que se hallan a bordo de los navíos de la VI Flota y de otros buques de guerra [estadounidenses] que atracan en los puertos [de Italia y de otros países europeos].
Lo que sí se sabe oficialmente es que ahora las bombas [atómicas] B-61 de caída libre se transformarán en bombas «inteligentes» que, gracias a un sistema de direccionamiento y puntería que implica el uso de satélites y rayos laser, podrán enviarse hacia los blancos desde gran distancia. Las nuevas bombas atómicas [estadounidenses] con direccionamiento de precisión, cuyo costo previsto está entre 8 000 y 12 000 millones de dólares por 400 o 500 bombas, tendrán una potencia de 50 kilotones –unas 4 veces la potencia de la bomba atómica utilizada [por Estados Unidos] contra la ciudad de Hiroshima.
Otros detalles, obtenidos en una audiencia de la subcomisión del Congreso [de Estados Unidos] sobre las fuerzas estratégicas –audiencia realizada el 29 de octubre de 2013–, aclaran todo el asunto de manera todavía más inquietante. Washington asegura que «la OTAN seguirá siendo una alianza nuclear» y que «incluso si la OTAN se pusiese de acuerdo con Rusia para una reducción del armamento nuclear en Europa, nosotros [Estados Unidos] mantendríamos la exigencia de completar el programa de la B61-12».
Esa nueva arma reemplazará las 5 variantes de la actual B61, incluyendo la bomba penetrante antibunker B61-11 de 400 kilotones y la maxibomba B83 de 1 200 kilotones. En otras palabras, la nueva bomba tendrá la misma capacidad destructiva que esas bombas de excepcional potencia.
Al mismo tiempo, la B61-12 «se integrará con el caza F-35 Joint Strike Fighter», lo cual resulta doblemente significativo ya que «el F-35 está llamado a convertirse en el único caza con doble capacidad, nuclear y convencional, de las fuerzas aéreas de Estados Unidos y de numerosos países aliados».
La bomba que llegará próximamente a Italia y a otros países europeos no es entonces una simple versión modernizada de la bomba atómica B-61 sino un arma polivalente capaz de realizar funciones diferentes para las que antes se necesitaban distintas bombas, incluso las concebidas para «decapitar» el país enemigo mediante la destrucción de los búnkeres de los centros de mando y de otras estructuras subterráneas durante un primer golpe nuclear.
Como actualmente no hay bombas antibunker desplegadas en Europa, la introducción de la B61-12, que también realiza ese tipo de función, refuerza la capacidad ofensiva de las fuerzas nucleares Estados Unidos/OTAN en Europa.
Los pilotos italianos –ya entrenados en el uso de las B-61 con los caza-bombarderos Tornado, como se hizo en la maniobra Steadfast Noon, realizada en Aviano y en Ghedi durante la segunda quincena de octubre– se entrenarán dentro de poco en la realización de ataques nucleares con los F-35 armados con la B61-12.
Italia viola así el Tratado de No Proliferación, con cuya firma se comprometió a «no recibir armas nucleares de quien quiera que sea». Y Estados Unidos también lo viola en la medida en que se comprometió a «no transferir a quien quiera que sea armas nucleares ni el control de dichas armas».
Pero nada de eso es visible porque las luces de los medios de difusión están enfocadas en el show de Ginebra.
Traducido al español por la Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio
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