En la era de la globalización neoliberal, los grandes centros de poder mundial, encabezados por Estados Unidos y Europa, a menudo se olvidan de las necesidades y los problemas de los pequeños Estados insulares, cuya existencia física se encuentra, incluso, amenaza por fenómenos de los que no son responsables.
Estas pequeñas y vulnerables ínsulas, ya sean del Caribe o en Pacífico Sur, por ejemplo, se encuentran seriamente amenazadas por desafíos globales tales como el cambio climático, desastres naturales, los problemas del desarrollo, la escasez de recursos energéticos o la crisis alimentaria.
No es un secreto que este grupo de Estados padece de aislamiento geográfico, de problemas de comunicaciones y transportación.
Incluso entre ellos están separados por miles de kilómetros, lo que dificulta el contacto frecuente.
Pero sin lugar a dudas, que el reto fundamental para esos pequeños territorios lo constituye el cambio climático, pues son los más sensibles a sufrir las consecuencias que se derivan del calentamiento global, entre las cuales sobresale el alarmante crecimiento del nivel del mar.
Archipiélagos como Kiribati y Tuvalu corren el riesgo de desaparecer dentro de unas decenas de años si continúa el ritmo de ascenso del nivel del mar.
Cuba tampoco esta exenta de estos peligros, al sufrir en carne propia el reciente paso devastador de dos huracanes.
De ahí la necesidad del intercambio de información y la cooperación entre sí entre este grupo de países, que los ayuden a enfrentar mejor los desafíos de la naturaleza y el medio ambiente.
Por otro lado, la mayor de las Antillas, de escasos recursos financieros, bloqueada económica, financiera y comercialmente por el Gobierno de Estados Unidos, hace gala a su vocación internacionalista y solidaria, no para dar lo que le sobra, sino compartir lo que tiene, en especial su bien preparado capital humano fomentado a lo largo de las últimas cinco décadas.
Muestra de estos fraternales lazos son la creación de una escuela de medicina en Pinar del Río para la formación de 400 jóvenes de las Islas del Pacífico Sur, de los cuales ya han matriculado 64 (25 de Islas Salomón, 20 de Kiribati, dos de Nauru y 17 de Vanuatu).
También el envío de brigadas médicas cubanas a Kiribati, Islas Salomón y Vanuatu, a través del Programa Integral de Salud, mientras se concretan detalles para la implementación de la cooperación sanitaria en Tuvalu, Nauru y Papua Nueva Guinea.
Una cooperación ejemplar, que se revela diáfana, sin condicionamientos y en un plano de igualdad plena.
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